Feng Shui significa Viento y Agua, dos elementos esenciales para que exista la vida. La base de la filosofía del Feng Shui es que la tierra es algo vivo y repleto de energia (chi).
En su práctica debemos conocer cuales son estás energias, ya que pueden ser beneficiosas o nocivas.
Para aprovechar todo el potencial del chi en nuestro interes debemos conocer como fluyen y se distribuyen a través de los espacios.
Así el Feng Shui es el arte de aprender a vivir fluyendo con las fuerzas y los ciclos de la naturaleza y no en su contra.
La finalidad del Feng Shui es armonizar las características energéticas de nuestro entorno. Un lugar con buen Feng Shui facilita la entrada de corrientes positivas, se transforma la energía del espacio mediante el uso de colores, las formas y la distribución más adecuada del mobiliario. Así facilitamos que el Chi fluya para crear corrientes benéficas favoreciendo la calidad de vida.
En un sentido personal con salud, longevidad, estudios, relaciones sociales, armonía, creatividad, estabilidad familiar... Pero también se traduce en prosperidad, finanzas, fama, éxito en proyectos. Se trata de encauzar las energías según nuestra convivencia, activando las que sean positivas y anulando las negativas.
Por tanto, el Feng Shui es el arte que enseña a vivir en armonía con la tierra. Hay que tener en cuenta que del equilibrio con la naturaleza se pueden obtener los mejores beneficios para el hombre.
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